Es un compuesto químico formado exclusivamente por iones (cationes y aniones) que presenta un punto de fusión inferior a 100 °C. Muchos son líquidos a temperatura ambiente. Su particularidad radica en su baja presión de vapor, alta estabilidad térmica y sus excelentes propiedades como disolventes, lo que los hace ideales para la captura y conversión de CO₂ o la catálisis. Pueden diseñarse a medida, modificando sus cationes o aniones para adaptarse a aplicaciones específicas, siendo herramientas clave en la química sostenible, al reducir la necesidad de disolventes orgánicos volátiles.

Carla Isabel Nieto Gómez, profesora de la Facultad de Ciencias de la UNED.